Tener una buena temperatura corporal es fundamental si quieres que tu higiene del sueño sea excelente, proporcionándote todas las ventajas de dormir bien durante ocho horas. Sin embargo, hay algunas personas que cuando se acuestan, sobre todo en invierno, notan los pies muy fríos.
La sensación es tan desagradable que incluso les resulta difícil dormirse. Por supuesto, tampoco pueden establecer contacto físico con la otra persona que está en la cama por medio de esa parte de su cuerpo, ya que habrá una gran diferencia de temperatura entre los pies del afectado y la piel del otro individuo.
Si a ti también te pasa, probablemente te preguntes cómo es posible. Y es que el resto del cuerpo sí tiene una temperatura adecuada, pudiendo llegar incluso a notar algo de calor. Pero los pies siguen estando muy fríos. ¿A qué es debido?
Causas
Varios factores pueden dar pie a que tengas los pies fríos en la cama. Entre los más habituales se encuentra un deficiente retorno venoso. Es decir, la sangre no circula de manera correcta por los vasos. Debido a la gran distancia que hay entre el corazón y cada pie, es imprescindible que la circulación sanguínea sea óptima, ya que en caso contrario se producirá este desagradable efecto.
La menor presencia de sangre circulando por las venas y las arterias de los pies, así como la mayor espesura de la misma, se traducen en que no puedan alcanzar la misma temperatura a la que está el resto del cuerpo.
Debido a que las mujeres sufren problemas circulatorios en un mayor porcentaje respecto a los hombres, es más habitual que tengan los pies fríos, aunque sea cual sea tu género puedes verte afectado.
No es la única causa. La lista va más allá abarcando también otros motivos como el de sudar demasiado. Si la evaporación no es óptima, ello afecta de forma directa a la temperatura del tronco inferior, sobre todo a la de los pies.
Por otra parte, tal vez el origen sea neurológico. En caso de que no solo notes los pies fríos, sino que adicionalmente también sufras pérdida del equilibrio o de la memoria, adormecimiento de esas u otras partes de tu cuerpo y falta de reflejos, deberás acudir a un profesional de la salud.
De hecho, incluso si no tienes otros síntomas es recomendable pedir cita con el médico. Y es que retomando la primera causa, hay una mínima probabilidad de estar afectado por algún trastorno genético que te impida favorecer el retorno venoso, siendo un claro ejemplo el Factor V Leyden. Es mejor salir de dudas.
Afortunadamente la mayoría de casos no revisten la más mínima gravedad. Eso sí, es un tanto molesto tener los pies fríos en la cama. Si a ti también te provoca incomodidad e incluso impide que te duermas, no dudes en poner en práctica estos consejos.
Claves para evitarlo
Incluso si no tienes problemas de circulación, es probable que tu estilo de vida te pase factura al llegar la noche, por ejemplo si haces un trabajo de oficina en el que estás muchas horas sentado. Exactamente lo mismo sucede en caso de que las labores profesionales se lleven a cabo de pie.
Teniendo en cuenta que casi todos los casos de personas cuyos pies están muy fríos en la cama vienen dados por una mala circulación de la sangre, es bastante probable que tú también estés afectado por este deficiente retorno de las venas y las arterias. Así pues, notarás una gran mejoría si realizas ciertas acciones.
La primera de ellas consiste en no llevar ropa interior que te apriete en exceso. Sabrás que la misma es inadecuada si te deja marca. No solo hablamos de los calzoncillos o las bragas, sino también por supuesto de los calcetines.
Antes de seguir con el resto de claves relacionadas con la circulación sanguínea, ahora que hemos mencionado los calcetines hay que resaltar la importancia que adquieren para acabar con los pies fríos. Opta por aquellos que no solo no te aprieten, sino que adicionalmente tengan un considerable grosor.
Los materiales de los calcetines que más aumentarán la temperatura de cada pie son el algodón y la lana. En cualquier caso, asegúrate de que el tejido es transpirable, ya que si se va acumulando el sudor volverás a tener los pies fríos por muy caliente que sea el material en cuestión. También es importante disponer de buenos materiales en la ropa de cama que aíslen bien la temperatura y mantengan los pies calentitos.
Continuando con el retorno venoso, puedes favorecerlo óptimamente si duermes con los pies por encima del nivel en el que se encuentra tu cabeza. Es decir, has de mantener las piernas elevadas, bastando con pocos centímetros para obtener este resultado tan bueno. Al principio tal vez te cueste adaptarte, pero es muy recomendable para acabar con los pies fríos. Un buen truco consiste en colocar debajo del tronco inferior almohadas o cojines con fundas que aporten calor extra.
Por otra parte, evita cualquier práctica que suponga un empeoramiento del sistema circulatorio. El sedentarismo debe ser apartado por completo de tu vida, así como ciertas posturas. Por ejemplo, es habitual estar cenando o viendo la tele antes de irte a dormir con las piernas cruzadas. No lo hagas, ya que habrá un menor retorno venoso y, cuando te acuestes, los pies estarán muy fríos.
Con tal de que la baja temperatura pase a ser historia también puedes optar por aportar a los pies y al resto de tu cuerpo unos grados extra. Para conseguirlo una buena idea es bañarte con agua caliente. Si prefieres no hacerlo con todo el cuerpo, mójate al menos los pies. Eso sí, recuerda secarlos bien.
Un resultado similar se obtiene bebiendo antes de irte a la cama cualquiera de las cinco infusiones para dormir. No solo tienen un gran efecto relajante e incluso sedante, sino que a su vez aumentan la temperatura del cuerpo al estar tan caliente el líquido que bebes.
Si a todas las claves mencionadas sumas la última que se resume en realizar en la cama durante un par de minutos varios movimientos con los pies, conseguirás mantener su temperatura tan caliente como la del resto del cuerpo.