Tal vez en alguna ocasión, justo al tumbarte en la cama, has experimentado un mareo bastante intenso. Les pasa a muchas personas y la mayoría de ellas no le dan importancia, pero lo cierto es que si se repite con demasiada frecuencia conviene consultar a un especialista.
Afortunadamente en la inmensa mayoría de casos los vértigos en la cama son normales y no revisten gravedad. Aun así, conviene estar informado sobre este tipo de problemas, los cuales reciben un nombre en concreto cuyo acrónimo es VPPB.
Qué es el vértigo posicional paroxístico benigno
En el oído interno hay unos cristales compuestos por carbonato de calcio. Son unas especies de roca conocidas como otoconias. En el momento en que se separan del utrículo se dirigen a otros canales de tipo semicircular, tratándose en la mayoría de casos del posterior. Es entonces cuando se produce el VPPB.
Dicho problema del oído interno deriva en una especie de mareo que puede producirse en numerosas situaciones, siendo una de las más comunes la de tumbarse en la cama.
Síntomas de los vértigos en la cama
Si sufres vértigo posicional paroxístico benigno lo notarás enseguida, puesto que te dará la sensación de que la habitación está girando a tu alrededor a pesar de estar completamente quieto.
A algunas personas les pasa cuando se tumban en una determinada postura en concreto, la cual favorece que las otoconias se suelten. En cualquier caso, bastan unos segundos para que el VPPB deje de afectarte. Así es, el mareo dura muy poco tiempo, generalmente menos de un minuto. Eso sí, es importante no tratar de levantarse de la cama cuando se tiene un episodio de vértigo posicional paroxístico benigno, ya que en ese caso podrías caerte.
De hecho, otro de los síntomas de esta afección que es totalmente benigna se resume en que el equilibrio brilla por su ausencia. Es decir, en caso de que te pongas de pie tendrás muchas dificultades para mantener tu estabilidad.
Si el vértigo posicional paroxístico benigno dura varios minutos, lo cual no es habitual, a los síntomas ya descritos pueden añadirse otros como las náuseas, así como los vómitos.
En caso de sufrir alguno, varios o incluso todos los síntomas que hemos descrito, no tienes por qué preocuparte. Pero todo cambia si te pasa con mucha frecuencia o tienes otros problemas que surgen justo cuando se produce el vértigo en la cama: te resulta difícil hablar con normalidad, ves doble, te aumenta la temperatura hasta tener fiebre, sufres dolor de cabeza, sientes hormigueo, pierdes la capacidad auditiva o notas débiles las extremidades.
No dudes en acudir al médico cuanto antes. El profesional de la salud te hará una resonancia magnética y, si no saca nada en claro, procederá a realizar otra prueba distinta con la que son medidos los movimientos que haces con los ojos de manera involuntaria.
Cómo evitar los vértigos en la cama
Hay varios trucos y consejos que funcionan realmente bien si los aplicas cuando te vas a la cama. En primer lugar has de evitar cualquier movimiento que sea sinónimo de brusquedad. Tómate un par de segundos para girar la cabeza en caso de que tengas que hacerlo y, por supuesto, también para tumbarte en el colchón.
Por otra parte, las almohadas adquieren una gran importancia. No solo son claves para tener una buena higiene del sueño, sino que también pueden evitar que sufras vértigos en la cama. Para tal fin asegúrate de hacer uso de dos de ellas, una encima de la otra. El objetivo es el de que la cabeza permanezca a una considerable altura en el momento de acostarte, lo cual impide la separación de las otoconias del oído interno.
Si a pesar de seguir todos estos consejos continúas sufriendo vértigos en la cama, ello no tiene por qué significar que tienes algo que no sea VPPB. Pero sí es un claro indicativo de que necesitas hacer un procedimiento conocido como reposicionamiento canalicular.
Maniobra de reposicionamiento canalicular para acabar con los vértigos en la cama
Las otoconias causan el vértigo al trasladarse al canal posterior o a cualquier otro canal del oído que provoca esta sensación de mareo y desequilibrio. Pero, ¿y si consigues moverlas a una parte que no provoque estos síntomas? Es precisamente el resultado que se obtiene con esta maniobra.
Si vas al médico te enseñará a hacerla en la misma consulta, aunque también tienes la posibilidad de ponerla en práctica en tu propia casa. Gracias a los movimientos que se hacen con la cabeza, las partículas que generan los vértigos permanecen aisladas sin que en próximos movimientos vuelvan a provocar mareos al desplazarse a un canal sensible.
En algunos casos, el resultado de la maniobra de reposicionamiento canalicular es tan bueno que el líquido del propio cuerpo, en este caso el presente dentro del oído, vuelve a absorber las otoconias, por lo que los vértigos en la cama desaparecen por completo.