¿Qué tipos de colchones hay?

Cuando vamos a comprar un colchón es muy posible que nos sintamos abrumados por las diferentes opciones que podemos encontrar en el mercado. 

Si damos un vistazo por la web, probablemente saldremos más confundidos de lo que entramos, y con muchas dudas sobre los tipos de colchones y cuál puede ser el que más se adecua a nuestras necesidades.

Pero que no cunda el pánico, vamos a desgranar poco a poco las singularidades de cada diferente colchón, desde cuáles son los componentes de un colchón, pasando por los distintos tipos de materiales y sus cualidades principales, para terminar ofreciendo una pequeña guía de qué colchón elegir en cada caso.


Partes de un colchón 

Para elegir, de entre los diversos tipos de colchones cuál es el mejor para nosotros, es importante que conozcamos la estructura de un colchón, ya que a veces los profesionales no nos damos cuenta y utilizamos demasiadas palabras técnicas que resultan confusas.

Tapicería o funda del colchón

Se trata de la parte más superficial del colchón, la que lo va a proteger. Esta es la parte de la estructura del colchón que va a estar en contacto más próximo a nuestro cuerpo, por lo que es muy conveniente que en un colchón de calidad esté fabricado usando tejidos suaves y de alta durabilidad.

El Strech, por ejemplo, es un tejido de gran calidad y muy adaptable que aporta una buena sensación de confort.

Otros tejidos pueden ser el Damasco, que suele encontrarse en colchones de alta gama, o los tejidos de malla de tres dimensiones (3D), que destacan por ser altamente transpirables, por lo que se utilizan muy a menudo en la cara inferior del colchón.

Cuando esta tapicería más externa se puede quitar, solemos llamarla funda, que es más común en algunos colchones de látex o los colchones de viscoelástica.

Tanto las fundas como las tapicerías pueden incorporar diversos tratamientos, ya sean termorreguladores, antiácaros, antihumedad, hipoalergénicos o infusionados con productos antiestrés o de aromaterapia.


Acolchado del colchón

El siguiente elemento en la estructura del colchón va a ser el que le confiera su adaptabilidad. Se trata del acolchado, que puede ser de una o de varias capas, y que aportará la sensación de confort en el descanso sobre los diversos puntos de apoyo del cuerpo.

Los distintos tipos de acolchados son los responsables de la dureza del colchón, incluyendo materiales más o menos blandos y adaptables, con distintas capacidades envolventes y de deformación, como las diversas combinaciones de fibras, el poliéster, el látex o la viscoelástica. 

La viscoelástica y el látex son los más apreciados por su adaptabilidad, mientras la fibra textil, en general, es más transpirable. Muchos colchones combinan varios materiales en el acolchado, lo que suele aportar muchas ventajas.

Aunque, en líneas generales, cuantas más capas de acolchado tenga un colchón, mayor va a ser su grosor, lo que supondrá un colchón de mayor confort (y un precio más elevado normalmente). Lo cierto es que hoy en día la calidad y tecnología de los materiales hace que este tipo de relaciones no sean tan directas como solían ser.

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Núcleo del colchón 

El núcleo es la parte más importante del colchón y la que realmente va a definir qué tipo de colchón es, su nivel de firmeza y su durabilidad.

El núcleo es el bloque central del colchón, al que a veces también se denomina carcasa, y su material no siempre coincide con el acolchado. Un ejemplo muy evidente de esta combinación de materiales la encontraremos en el colchón Emperador viscoelástico + muelles ensacados + látex.

Estos colchones de núcleos de muelles ensacados tienen un bloque de muelles hacia la mitad del grosor total, mientras que, tanto como por encima como por debajo de él, se van a colocar las capas de acolchados, es decir, la amortiguación. Estos colchones son muy firmes y duraderos, y combinan muy bien con la viscoelástica.

Una firmeza menor va a presentar los colchones viscoelásticos de núcleo de espuma, aunque esto no quiere decir que no sean suficientemente firmes para algunas personas. Un buen colchón viscoelástico, como el colchón viscoelástico CACAO, ofrecerá una firmeza media con una sensación de comodidad muy alta.

En cuanto al núcleo de látex, ya sea natural o sintético, es muy elástico y ofrece un rebote muy característico. Es muy frecuente que en los colchones de látex se añada alguna capa viscoelástica.

En este punto conviene aclarar algo que suele llevar a confusión al cliente con bastante frecuencia: en realidad, no hay colchones de núcleos viscoelásticos y, cuando se habla de colchones viscoelásticos, siempre hay que informarse de qué material es su núcleo, ya que para que la viscoelástica sea consistente y aporte la firmeza mínima necesaria, va a requerir de un núcleo, ya sea de muelles, de látex o de espuma.

En líneas generales, cuando nos referimos a los colchones de viscoelástica sin más, generalmente se trata de los que tienen núcleo de espuma y acolchado de viscoelástica, aunque nunca está de más confirmarlo con el vendedor.


Laterales del colchón

Los laterales constituyen lo que se denomina el refuerzo perimetral, y lo más aconsejable es que se fabriquen bien reforzados o encapsulados, para que el colchón sea más resistente y duradero.

Unos laterales bien terminados van a aumentar la superficie útil del colchón. Algunos modelos de colchones llevan válvulas de aireación para mejorar la ventilación y la higiene, así como asas que nos ayudan a la hora de dar la vuelta al colchón.


Tipos de colchones 

Colchón viscoelástico

El colchón viscoelástico con un núcleo de material sencillo suele ofrecer precios muy competitivos. Un ejemplo de este tipo de colchones sería el modelo AQUARELLE, que, con un apoyo firme y progresivo, punto por punto, va a seguir las curvas del cuerpo de forma muy natural.

La viscoelástica es perfecta para personas que sufren de dolores articulares y de zonas dolorosas por presión. Su efecto envolvente ayuda a conciliar el sueño, además de aportar una sensación de suavidad y delicadeza que evita la fricción, lo que es muy importante en personas de piel sensible.

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Colchón de muelles

El colchón de muelles va a ofrecer como grandes ventajas su durabilidad y un rápido retorno a su posición inicial, si bien es verdad que su firmeza puede variar según la tecnología empleada.

Por esta característica del retorno, los muelles funcionan muy bien con un acolchado viscoelástico, que también recupera la forma pero lentamente, ofreciendo a la superficie las ventajas de su capacidad envolvente y de alivio de puntos de presión.

Unos de los más interesantes por sus muchas ventajas son los colchones de muelles ensacados, ideales también para las camas en las que duermen dos personas, ya que cada muelle es independiente, manteniendo su propio nivel de firmeza sin afectar al conjunto.

Otro punto a favor de los colchones de muelles es su magnífica aireación, lo que los hace perfectos para las personas que sudan mucho cuando duermen o pasan calor.


Colchón de espuma

Los colchones de espuma de poliuretano son los más económicos, aunque hoy en día las diferencias de precio con un colchón que al menos ofrezca alguna capa de viscoelástica son nulas o mínimas, por lo que realmente merecen poco la pena.


Colchón de látex

El látex es un producto muy peculiar que resulta ideal para las personas de gran envergadura o mucho peso, ya que es indeformable, aunque se adapta a la perfección a la forma de nuestro cuerpo. Pero ojo, hay que tener en cuenta que es un material pesado, nada aconsejable si te mudas con frecuencia.

Para los que buscan la suavidad de la viscoelástica, pero huyen de la sensación de atrapamiento, el látex es una opción que considerar, como también lo es para aquellas personas que se mueven mucho durante la noche o que tienen alergia a los ácaros.


Qué tipo de colchón escoger 

  • Para dormir boca arriba lo ideal es un colchón firme, mientras que si lo haces de lado será mejor una firmeza intermedia.
  • Si eres una persona que pesa poco, es mejor que optes por un colchón flexible, que permita el reparto adecuado del peso de tu cuerpo. A mayor peso, será necesario un colchón más firme. Considera la opción de un colchón que cuente con látex en su composición.
  • Si eres alérgico al látex, asegúrate de que tu colchón no lleve este componente, ya que, aunque no lo lleve el núcleo, podría llevarlo en alguna de las capas de su acolchado.
  • Si pasas calor por las noches o sudas mucho, los colchones de muelles serán los mejores para ti. Pero si eres de los que pasan frío al dormir, opta mejor por la viscoelástica o el látex.
  • Si ya tienes un somier, lo mejor es que busques un colchón flexible de espuma, visco o látex. Para las bases tapizadas es mejor que utilices un colchón de muelles, porque ventilan mejor.
  • Si eres alérgico al polvo o asmático lo mejor para ti será un colchón de látex.

En definitiva, los colchones están formados por la tapicería, que los protege; el acolchado, que es lo que les aporta la adaptabilidad y la sensación de confort; el núcleo, la zona central que les aporta firmeza; y los laterales, que rematan la calidad del producto.

De entre los tipos de colchones, los colchones de muelles ensacados con acolchados de viscoelástica y látex destacan por su altísima calidad, durabilidad y versatilidad, aunque debes considerar algunas características personales a la hora de elegir tu colchón.