¿Tienes la costumbre de dormir en el sofá? Si lo haces de forma puntual, no hay ningún problema. Pero si has cambiado la cama por el sofá como parte de tu rutina del sueño, debes saber que puedes sufrir problemas de salud relacionados con tu bienestar físico y con la calidad de tu descanso. Por muy cómodo que te resulte, dormir en el sofá tiene consecuencias que podemos evitar creando una rutina sencilla y organizada cuando llega el momento de ir a la cama.
Por qué no debes dormir en el sofá
Los motivos por los que no debes dormir en el sofá son varios. Es cierto que a veces nos vence el sueño e incluso que preferimos el sofá para la cabezadita de después de comer. El problema viene cuando sustituimos el descanso nocturno reparador de la cama por el sofá para dormir. Los principales motivos para no dormir en el sofá son los siguientes:
Malas posturas
El colchón respeta la curvatura natural de tu espalda. Al dormir necesitamos que la columna esté bien alineada para asegurarnos un descanso pleno y sin dolor. Los colchones también están diseñados para aliviar los puntos de presión que inevitablemente surgen cuando nos tumbamos. Por muy bueno que sea tu sofá, no está diseñado para funcionar como una cama.
Mala calidad del sueño
Dormir en el sofá provoca múltiples despertares durante la noche. Esto es fatal para la calidad de nuestro sueño y al levantarse puedes tener la sensación de no haber descansado nada. Esto se debe a que no tenemos el suficiente espacio ni confort al usar el sofá para dormir.
Higiene del sueño deficiente
La higiene del sueño nos permite controlar los principales factores que favorecen un buen descanso. Si no establecemos una rutina para acostarnos siempre a la misma hora, en un entorno apropiado, el descanso se verá resentido. Asociar el sofá al sueño nocturno nos aboca a unas rutinas de sueño perjudiciales de las que puede ser difícil salir.
Dormir en el sofá: ¿puede traer consecuencias?
Dormir en el sofá acarrea consecuencias negativas tanto para nuestra salud física como para el estado de ánimo y la energía con la que afrontamos el día a día. Las principales consecuencias son las siguientes:
Dolores musculares
El sofá no es lo suficientemente grande para moverse libremente durante el sueño. Si tomamos como costumbre el sofá para dormir, pueden provocar contracturas musculares. Esto es debido a la falta de espacio y a que no duermes sobre un colchón. Los colchones actuales están diseñados para proporcionarte un descanso adecuado y no se pueden sustituir por los cojines del sofá, por muy cómodo que sea para un rato. Las malas posturas que adoptamos al dormir en el sofá también favorecen los dolores musculares.
Dolores de espalda
Cuando duermes en el sofá, tu cuerpo no adopta una postura orgánica. La alineación natural de tu columna vertebral es una de las claves para dormir bien sin dañar nuestro cuerpo. Por tanto, si la columna no está bien apoyada, puedes sufrir dolores de cervicales, lumbares y de caderas. También tendrás más riesgo de que aparezcan hernias o se agraven las existentes.
Dolor de cabeza
Muchas cefaleas están asociadas a las malas posturas de la espalda, sobre todo a las lesiones en las cervicales. Además, la falta de un sueño de calidad propicia la aparición del temido dolor de cabeza.
Debilitación del sistema inmune
Sabemos lo importante que es dormir bien para nuestra salud general. Si no descansamos lo suficiente, el sistema inmune se ve resentido, lo que puede propiciar la aparición de enfermedades provocadas por virus y bacterias. Si te resfrías a menudo y duermes en el sofá, ya es hora de volver a la cama.
Dolor articular
Dormir en el sofá puede hacer que las articulaciones duelan o te levantes entumecido y con sensación de hormigueo. Esto es debido a la adopción de malas posturas y a la falta de espacio.
Circulación
Los problemas circulatorios que conlleva dormir en el sofá son una de las consecuencias más peligrosas de esta costumbre. Las personas que duermen de forma habitual en el sofá tienen más probabilidades de sufrir trombosis y otras afecciones.
Salud mental
No dormir bien puede causar somnolencia durante el día, irritabilidad, tristeza e incluso ansiedad y estrés.
Colchones recomendados para aliviar los dolores causados por dormir en el sofá
Los colchones actuales están diseñados para ofrecer el máximo confort y ayudarte a descansar de forma óptima. Si sufres dolores ocasionados por dormir en el sofá, puedes elegir entre una amplia variedad de modelos y materiales con los que retomar la sana costumbre de dormir en la cama. Escoger una almohada adecuada también es fundamental para garantizar tu descanso y que vuelvas a dormir del tirón.
Colchones de muelles ensacados
Son la mejor opción para aquellas personas que prefieran un colchón firme. Los colchones de muelles ensacados son perfectos para gente joven, personas corpulentas y con un mayor peso y aquellas que sean muy calurosas. Si duermes en pareja, opta por un colchón con lechos independientes, que ayudan a no notar los movimientos de la otra persona.
Colchones de látex
Los colchones de látex son ideales para reducir los puntos de presión. Se adaptan al cuerpo y lo envuelve, lo que evita los despertares nocturnos causados por el movimiento. Dependiendo de tus necesidades, elige una densidad mayor o menor del colchón.
Colchones viscoelásticos
El material del núcleo de los colchones viscoelásticos tiene memoria, es decir, se adapta perfectamente a la forma del cuerpo. Estos colchones son la mejor opción si sufres dolores articulares o de espalda, ya que respetan la curvatura natural de la columna de forma muy personalizada.
Almohadas
Ya sea de muelles, látex, viscoelástica, de plumas u otros materiales, la almohada es una parte fundamental de tu equipo de descanso. Debes renovar tus almohadas al menos cada dos años o cuando ya no sea cómoda.
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